Si de una película bélica se tratara, La Línea de la Concepción sería la primera fila de butacas de un cine, siendo la pantalla de proyección la colonia de Gibraltar en la II Guerra Mundial. La diferencia es que se trataba de la cruel realidad. Tal vez no lo podamos creer, pero hubo días de esos fatídicos años en que la acción bélica era notable. El día 15 de septiembre de 1942 se vivieron dos hechos propios del día a día del conflicto. Por una parte pasadas las 8:00 de la mañana, mientras entraban a la bahía de Algeciras varios buques de la Royal Navy y se acercaban a puerto, un mercante fondeado sufría una fuerte explosión que hizo rápidamente que ardiera e inclinara de proa hasta desaparecer bajos las aguas. Sólo se pudieron rescatar con vida algunos tripulantes. Posiblemente fuera fruto de un ataque de la marina italiana con un torpedo humano, aunque también se consideraba la posibilidad de que fuera el resultado de una acción de sabotaje.
Por otra parte, avanzada la mañana salieron hacia el Mediterráneo diez aparatos, entre ellos cuatro cuatrimotores. Un bimotor sufría una avería en pleno vuelo y cayó al mar. Las lanchas británicas gibraltareñas lograron salvar a los tripulantes.